noviembre 22, 2024

En el vasto paisaje del estado de Puebla, emerge un tesoro escondido que cautiva a quienes tienen la fortuna de descubrirlo: La Taza de Chilac. Este manantial de aguas cristalinas, conocido también como «ojo de agua», se presenta como un oasis en medio del desierto, ofreciendo un refugio de paz y serenidad.

Ubicado entre los límites de los municipios de San Gabriel Chilac y San Francisco Altepexi, así como la junta auxiliar de San Pablo Tepetzingo, este balneario natural se encuentra a tan solo 40 minutos de Tehuacán. Un viaje corto que nos lleva a un mundo aparte, alejado del bullicio y cerca de la naturaleza en su estado más puro.

Las aguas sulfurosas de La Taza de Chilac no solo son un regalo para la vista, sino también para el alma. Este oasis es un paraíso para el ecoturismo, atrayendo a amantes de la naturaleza y aventureros en busca de experiencias auténticas. Su belleza radica en su pureza, sin intervención humana que altere su esencia.

Los visitantes tienen la oportunidad de acampar y disfrutar de un día de campo rodeados de un entorno natural impresionante. Es un lugar ideal para desconectar, respirar aire puro y reconectarse con la tierra. La Taza de Chilac es más que un destino turístico; es una experiencia que invita a la reflexión y al disfrute de los pequeños placeres de la vida.

Pero el encanto de Puebla no se limita a su naturaleza. La región está salpicada de tesoros culturales y lugares emblemáticos que enriquecen la visita. La iglesia colonial de San Gabriel Arcángel es solo un ejemplo de la rica historia y patrimonio que la zona tiene para ofrecer.

Para aquellos que se preguntan cómo llegar, el viaje desde Tehuacán a La Taza de Chilac es sencillo y directo. Con una distancia de 16.8 kilómetros, el trayecto en coche puede completarse en aproximadamente 40 minutos, siguiendo la ruta por Oaxaca-Tehuacán/México 135D.

La Taza de Chilac es un tesoro escondido que merece ser descubierto. Un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, ofreciendo un escape perfecto para aquellos que buscan aventura, tranquilidad y conexión con el entorno. Un oasis en medio del desierto que promete recargar cuerpo y alma.