noviembre 22, 2024

En 2021, la erupción del volcán Tajogaite en La Palma generó un impresionante paisaje volcánico y una red de tubos lávicos, conocidos localmente como caños de fuego. Estos túneles subterráneos formados por el flujo de lava han capturado la atención de científicos y espeleólogos por su singularidad y reciente formación. Con más de 200 millones de metros cúbicos de material volcánico expulsado, La Palma se ha convertido en uno de los terrenos más nuevos y menos explorados de la Tierra.
Miembros del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Federación Canaria de Espeleología se han dedicado a la exploración y cartografía de estos tubos volcánicos. Octavio Fernández Lorenzo, coordinador del Equipo de Espeleología Volcánica, lidera muchas de estas expediciones, enfrentándose a un terreno hostil y sin vegetación que parece de otro planeta. Los científicos, equipados con trajes ignífugos y cámaras termográficas, han comenzado a estudiar estos tubos, algunos de los cuales aún mantienen altas temperaturas, con puntos internos alcanzando los 250 °C.
La historia de los tubos lávicos de La Palma no es nueva. Ya en 1843, el misionero estadounidense Titus Coan documentó la existencia de estas estructuras en otras partes del mundo. Sin embargo, la erupción de Tajogaite ha permitido a los científicos estudiar estas formaciones desde su origen, brindando una oportunidad única para comprender su desarrollo y el enfriamiento de las coladas volcánicas.
La exploración no solo se centra en la geología. Ana Zélia Miller, geomicrobióloga del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS), lidera el proyecto MICROLAVA, que estudia la colonización temprana de microorganismos en estos nuevos entornos. Su trabajo ha revelado la presencia de bacterias extremófilas que podrían tener aplicaciones biotecnológicas y farmacéuticas.
Los caños de fuego no son solo un fenómeno natural, sino también un laboratorio vivo que ofrece a los científicos la posibilidad de asomarse al pasado geológico de la Tierra y quizás al futuro de la exploración espacial. Las similitudes entre los tubos lávicos de La Palma y los potenciales tubos volcánicos de la Luna y Marte hacen que esta investigación sea de interés para la Agencia Espacial Europea (ESA), que ve en estos estudios una manera de preparar futuras misiones a otros planetas.
La erupción del volcán Tajogaite ha transformado La Palma en un punto caliente de investigación geológica y microbiológica. Los caños de fuego, con su mezcla de belleza y misterio, continúan atrayendo a científicos de todo el mundo, prometiendo nuevas y emocionantes descubrimientos sobre nuestro planeta y más allá.