noviembre 22, 2024

Ramiro Mandujano

Atoyac tiene un puente del siglo XIX con túneles y cascada, que incluso se considera u a maravilla arquitectónica y ha ganado varios premios.

Tiene una longitud de 133 metros, con un trazo en curva y un ancho suficiente para doble vía, formado por nueve apoyos denominados «cuchillos», sobre los que descansan las trabes que soportan la losa del piso y los arcos que dan sostén a la bóveda.

Abajo hay una cascada cuya altura es de 8 metros y tiene 4 metros de profundidad.

Sirvió por más de 120 años para el paso de los ferrocarriles que comunicaban a Veracruz con la ciudad de México. 

Actualmente el viaducto-túnel del ferrocarril tiene en uno de sus extremos un mirador y se puede bajar para disfrutar la cascada que se conecta con el río.

El puente Pénsil de Atoyac fue galardonado con el premio Brunell de Diseño Nacional en 1996 por el gobierno de Dinamarca.

También obtuvo el reconocimiento de la organización Puente Alcántara en España en el año de 1993.

Se dice que la caverna de Atoyac fue el cauce de algún arroyo subterráneo que antiguamente llevaba agua hacia el río Atoyac. 

Durante el siglo XIX, en sus últimas décadas, el Sistema Ferroviario Nacional tuvo un impulso significativo debido a su proceso de modernización. 

Una de estas obras de infraestructura fue la primera ruta ferroviaria que hubo en el país, la ruta México-Veracruz vía Orizaba, conocida como Ferrocarril Mexicano. Fue cuando se construyó el puente.

El río Atocha. se localiza en el Valle de Atoyac, de acuerdo con datos históricos el pueblo totonaco lo utilizaba para ofrecer sacrificios a Tláloc, el Dios de la lluvia y así obtener buenas cosechas. Actualmente el Museo de Córdoba exhibe una prueba de estos ritos: un yugo de piedra labrada que se encontró en la poza.