noviembre 24, 2024

Entre los estados de Puebla y Tlaxcala se alza uno de los volcanes inactivos más imponentes de México. Con una altura de 4 mil 420 metros sobre el nivel del mar, La Malintzin es la sexta montaña más alta de México inspirando a viajeros a conquistar su cumbre (a veces nevada) y a recorrer sus caminos empedrados, cuesta arriba.
 
El nombre de Malintzin significa en náhuatl “Venerable Señora de Hierba o Venerable Señora de la Falda Verde”, pues sus laderas se encuentran cubiertas de grandes árboles de pino y algunos abetos. Si te animas a empreder esta aventura que te lleva a la punta de este volcán, siempre debes ir en compañía de un touroperador o guía autorizado. En Destinos te contamos cómo es esta experiencia.

No hay razón para desalentarse al saber esto: hay que caminar durante nueve horas aproximadamente para llegar a la cima de La Malintzin, Malinche o Matlalcueye como se le conoce popularmente a este volcán .

Rudy nos platica que en este tour «vivirás una montaña rusa de emociones, pues sentirás felicidad al llegar a la cima, cansancio por los kilómetros recorridos y desesperación por querer llegar rápido. Sin embargo, al final la satisfacción de cumplir tu meta será  muy grande».   

A las tres de la mañana inicia tu aventura cuesta arriba. El punto de partida es el Parque Nacional La Malinche. Te adentrarás a lo que bautizaron como el “Bosque Eterno”, un lugar tupido de árboles, donde impera el aroma a pino, a frescura. La caminata será a un ritmo tranquilo para no gastar fuerzas (que necesitarás en el ascenso).

Al cabo de unos minutos empezarás a notar que la vegetación disminuye: los árboles se van quedando atrás y, ahora, comenzarás a ver pastizales. El esfuerzo se empieza sentir a causa de la altura. Las vistas a los cerros cercanos, como Cofre de Perote, son algunas pistas que te da la naturaleza sobre el incremento de altitud.
 
La madrugada se pinta de un violeta muy oscuro; los árboles transforman su verdor al negro. Una capa de neblina apenas te deja echar un vistazo a las formaciones montañosas que componen el Eje Volcánico Transversal. En este punto es necesario comer un snack para recargar energía.   

Las primeras horas de la caminata se empiezan a sentir en las piernas, pero a lo lejos se alcanza a vislumbrar en toda su totalidad el volcán La Malintzin. Esa vista es un incentivo para continuar el camino. Se pueden apreciar sus faldas verdes y su punta nevada, la cuales anuncian que pronto el ascenso se volverá más empinado. 

Con el tiempo, el terreno se ha erosionado, esto ha esculpido de forma natural el ecosistema y gracias a ello se formó una cañada por la que hay que seguir caminando de lado derecho para subir hasta la punta del volcán. Ten cuidado, pues aquí el sendero es complicado por el desnivel y por ser resbaloso.