julio 27, 2024

El convento y catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Tlaxcala, hito primigenio de la evangelización y laboratorio de la sociedad colonial que dio origen al México de hoy, fue designado este martes Patrimonio Mundial por la Unesco.

El conjunto, edificado por misioneros franciscanos y constructores indígenas en 1526, fue el primero en su tipo en la naciente Nueva España, años antes de la conquista del imperio Inca en Sudamérica. 

Será el 10 de agosto cuando se coloque en el conjunto Conventual la placa que lo reconoce en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Esta propuesta fue la única que presentó México, indicó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, para que realmente fuera considerada y se asegurara su declaratoria que se venía trabajando desde hace dos años: “No queríamos que hubiera ningún otro bien que pudiera quitarle preponderancia a este trabajo de absoluta coordinación para un bien común con un profundo arraigo entre la comunidad tlaxcalteca y en la región”.

Su inscripción es muy importante porque se logra su salvaguarda y su visibilidad: “es muy importante reconocer a la sociedad tlaxcalteca, consciente de su patrimonio, que ha elaborado planes de manejo para ver cómo se va a preservar. La inversión federal es importante, de 18 millones de pesos, más una inversión de cerca de 7 millones de pesos para la prevención, que de haberse realizado no hubiéramos vivido la catástrofe que vivimos con los sismos de 1917. Esta última inversión fue para la iluminación y todo el sistema eléctrico del templo que realizó el gobierno estatal”.

Este es el primer conjunto conventual franciscano que erige en el valle de Puebla y Tlaxcala y que tiene que ver con el papel que juegan los tlaxcaltecas en el siglo XVI en la reconfiguración del territorio, pueblos y culturas que habitaban Mesoamérica y que inicia una nueva etapa de su desarrollo tras este terrible colapso que ocurrió hace 500 años”. 

En su intervención el obispo de Tlaxcala, Julio Salcedo, enfatizó que esta declaratoria es un reconocimiento al trabajo misionero de los franciscanos, “fue la primera diócesis en México en 1525 y posteriormente se unió con Puebla, después se estableció la diócesis en 1959, por eso se dice que es antigua y nueva. 

Este conjunto conventual franciscano es un testimonio vivo de la obra evangelizadora y misionera. El testimonio que hay dentro de esos muros, aquí en la Catedral se encuentra la primera pila bautismal, así como el primer púlpito y también están los primero mártires de América”.

Y es un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana. Que este monumento histórico que posee ornamentos arquitectónicos únicos, su torre exenta o su alfarje de estilo mudéjar. De acuerdo con diversas fuentes históricas, la actividad constructiva franciscanao inició entre 1525 y 1527. Se indica que es el primer monasterio de la orden franciscana, edificado en el valle que une a los estados de Tlaxcala y Puebla, coronado al oriente por el volcán Popocatépetl.

Se asegura que en este lugar donde se realizó la primera versión regional de este modelo arquitectónico que sirvió de ensayo espiritual, político y estético para comenzar la expansión evangelizadora y constructiva hacia el centro y sureste de México y, posteriormente, hacia los territorios del norte (llegando hasta los Estados Unidos), cubriendo también los territorios desde el océano Atlántico hasta el Pacífico”.

Su construcción representa «uno de los grandes momentos de la historia universal porque transforma totalmente la visión del mundo concebida hasta entonces», dice José de la Rosa, directivo del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Tlaxcala.

Pionero del arte y la arquitectura hispanoamericanas, el monumento es una de 15 edificaciones que misioneros franciscanos, domínicos y agustinos construyeron hace cinco siglos en la ladera del volcán Popocatépetl y que resultó un pilar de la colonización de los territorios de la Nueva España.

Catorce de ellos figuran desde 1994 en la lista de patrimonio de la Unesco, por lo que la inclusión de la catedral de Tlaxcala repara una vieja omisión.

Nuestra Señora de la Asunción «sirvió de ensayo espiritual, político, arquitectónico y estético, para comenzar la expansión evangelizadora y constructiva» de la naciente Nueva España, destacó la secretaría de Cultura.

Numerosos monasterios edificados posteriormente son versiones perfeccionadas del de Tlaxcala y fueron eje para reorganizar el paisaje, manejar los recursos e introducir nuevos elementos socioculturales que se fusionaron con los existentes en un nuevo modelo social.

Su sincretismo y originalidad quedaron plasmados en elementos como la torre exenta, es decir separada del templo, o su atrio abierto en contraste con aquellos cercados y defensivos de los otros templos de la época.

También destaca su techo artesonado de madera, de fuerte reminiscencia mudéjar, evidencia del largo dominio musulmán que marcó la historia de España y que se plasmó también en México.

El proyecto arquitectónico, su decoración, el claustro y las estancias, además de un programa pictórico que aún sobrevive, evidencian la calidad de los maestros indígenas que participaron en su construcción y en sus soluciones estéticas.

Expertos citados por la secretaría destacan también su «alto grado de autenticidad» en diseño, materiales y elementos decorativos, así como en el hecho de que el templo conserve sus funciones originales

​Se anunció que México trabaja en la consolidación de los expedientes que están en la lista indicativa, y que son susceptibles de ser incorporados a la UNESCO como patrimonio mundial, entre ellos están: la reserva de la Biósfera de Chinchorro, y las casas estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. u

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