noviembre 24, 2024

En un nuevo recorrido por el sistema de cuevas bajo el tramo 5 sur del Tren Maya, activistas de Sélvame del Tren descubrieron que las obras continúan a pesar del amparo vigente contra el proyecto, y que no se han tomado medidas para contener el derrame de cemento previamente documentado.
Roberto Rojo, uno de los activistas más destacados de Sélvame del Tren, lideró la incursión junto con Guillermo D’Christy, quienes ya habían documentado la perforación de las cuevas en el tramo 5 sur del Tren Maya. Durante el recorrido, acompañados por periodistas nacionales e internacionales, se pudo observar la presencia de una espuma que se forma por la reacción química del cemento derramado en contacto con el agua de las cavernas.
El grupo de activistas condujo a los periodistas a la entrada de la cueva conocida como Oppenheimer, parte del sistema Aktun T’uyu, donde el sonido de los taladros perforando el subsuelo se hace cada vez más evidente a medida que se avanza. Se descubrió que el agua cristalina ha sido reemplazada por un líquido blanquecino con pequeñas estructuras burbujeantes, resultado del cemento inyectado en los pilotes que sostienen la estructura del tren.
Rojo denunció que el presidente López Obrador mintió al afirmar que los pilotes estarían forrados con un material amigable con el ambiente para evitar la contaminación del hábitat subterráneo. Según los activistas, el forro de metal sin ningún recubrimiento ya ha comenzado a oxidarse y contaminar el acuífero maya, que es vital para la región.
A pesar de la suspensión vigente de las obras del Tren Maya en el tramo 5 sur desde febrero de este año, ordenada por el Juzgado Primero de Distrito con sede en Yucatán, las actividades de construcción continúan. El juez ha ordenado una inspección de las obras en el tramo mencionado, pero hasta la fecha no se ha llevado a cabo.
El tramo 5 sur del Tren Maya, que se extiende de Playa del Carmen a Tulum, abarca una zona que alberga la red de ríos subterráneos más grande del mundo, lo que aumenta el riesgo de hundimientos en el suelo. Este descubrimiento refuerza la preocupación de los defensores del medio ambiente y subraya la necesidad de una revisión exhaustiva de las prácticas de construcción en el proyecto del Tren Maya.