Luis Gálvez, fundador del restaurante Les Moustaches, fue reconocido este año por su trayectoria al mérito restaurantero, por la Guía México Gastronómico, editada por Culinaria Mexicana y Larousse Cocina.
Restaurantero desde hace 47 años, Luis Gálvez inició en este negocio en la “época de oro” de las colonias aledañas al restaurante Les Moustaches, ubicado en el número 88 de la calle de Río Sena, en la colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México.
Para ello fundó, en 1974, un restaurante en la casa de su abuela, una exquisita joya porfiriana de la época del afrancesamiento en México, la cual ha mantenido intacta.
Desde ese entonces no ha dejado de ser reconocido como uno de los mejores anfitriones de la restaurantería nacional. Siempre presente para recibir y atender a los comensales de su restaurante, ha cuidado personalmente cada detalle: el excelente servicio; la calidad de la cocina, dirigida por el chef Rafael Bautista, y la formación de incontables generaciones de meseros que han pasado por el lugar como sello de calidad del servicio al cliente.
Les Moustaches ha pasado por etapas doradas y algunas otras difíciles, como él mismo nos explica. “Hemos tenido de todo, como los terremotos de 1985 o 2019; el plantón de la avenida Reforma en 2006; hasta llegar a las emergencias sanitarias de la influenza H1N1 y ahora la pandemia por Covid19. Creo que hemos sorteado los obstáculos siempre mejorando en todos lo que hacemos; organizando diferentes festivales gastronómicos; haciendo equipo con nuestros comensales de años y con nuestros proveedores”.
Los reconocimientos para el restaurante que lidera Gálvez son incontables, entre ellos está el Five Diamond Award, por 22 años consecutivos. Con las décadas se ha convertido en uno de los clásicos en la Ciudad de México y referente de la buena cocina francesa en nuestro país. Son icónicas las tardes de piano en vivo; los salones con aquellos vitrales de vidrio emplomado; las escaleras con aire de romántico y las columnas de la estructura del segundo piso, que se aprecian mejor desde el salón principal con esa doble altura que lo hace único e irrepetible.
